viernes, 6 de febrero de 2009

Trás experimentar las cajas abandonadas, tanto los regalos, como las cajas de música, se nos presentó un hecho concreto, no había que provocar nada, simplemente observar. En el suelo de una de las calles principales de Lisboa, estaba tendido un hombre de unos 50 años. Había bebido, nos lo habíamos cruzado por la mañana gritando cosas que nadie conseguía entender. A la vuelta, a eso de las 5 de la tarde, este escenario fue el que encontramos. Se encontraba tendido delante de una casa de la suerte, le comentamos al encargado lo que sucedía en su puerta y nos comentó que eso ocurría continuamente, que no nos preocupásemos.

11:00 El hombre pasea por la ciudad gritando y apenas se tiene en pie.


17:03 Encontramos al hombre en la acera.

17:07 Pasa a su lado una pareja con su bebé, no perciben su presencia.

17:13 Pasa una estudiante de psicología, lleva un libro en sus manos.

17:32 Pasa a su lado un padre, una princesa y una niña. Los tres centran su atención en él.

17:36 Pasa un hombre de traje a su lado, continua su camino.

17:37 El mismo hombre entra en la casa de la suerte, el otro hombre continúa en el suelo a su suerte.

17:43 Pasa un hombre a su lado y hace gestos de no entender la situación, de querer ayudar y no saber como o si serviría de algo.

17:52 Pasa un rebaño de personas, algunos lo ven. Otros no.

18:06 Pasa un barrendero, lo mira y sigue barriendo el suelo.